domingo, 17 de octubre de 2010

Reencuentro.


Hacia tiempo que no la veía...
Se que siempre ha estado ahí, esperándome, vigilando,... pero no la veía. Y esta noche la he vuelto a encontrar.
No es que no la buscara, ni que no quisiera saber de ella... simplemente no la veía. No pensaba en ella; pero hoy se ha mostrado, en todo su esplendor, con toda su belleza, con toda su INCONCEBIBLE FUERZA.

Os saludo, Hermanos de barro y savia. Y una vez mas, pasadas muchas lunas y con el beneplácito de la Madre Tierra, a vuestros pies me pongo...
Y vuelvo a este pequeño y curioso rincón por una sola razón: Porqué hoy la he visto.














Su potencia, su hermosura, su presencia... toda ella me posee. Domina mi ser, sodomiza mi deseo y controla mi pasión. Estaba ahí antes de que llegáramos y seguirá ahí mucho después de que nos hayamos ido...

La Madre Naturaleza. La Diosa que Todo lo Puede.


Asusta pensar en su poder, en su omnipresencia.... Todas las religiones quedan en ridículo ante su inmensidad. Todos los credos asemejan absurdos ante la majestuosidad de su imagen.

Las tormentas, los atardeceres, el viento, la lluvia... todo ello forma parte de mi, igual que mi sangre y el oxígeno que respiro, me dan vida, me protegen y me alientan a mirar mas allá.

Se que no son muchas las ocasiones en que uno es consciente de los porqués, y muchas menos las que dejamos de preguntarnos esos porqués... pero hoy he tenido una de esas (permitidme la licencia) epifanías. He vuelto a contactar con la vida, con la Tierra, con la esencia misma de lo que somos... Y me he sentido feliz... PURO.


No se si soy un puto pirado, o un soñador,... o yo que se. Pero hoy he sido feliz contemplando una tormenta y no me he preguntado porqué estoy aquí, no me he sentido desubicado ni he echado de menos nada, simplemente he visto a la Madre de Todo mostrando su poder y me he sentido feliz....

Solo quería compartirlo con vosotros.

Buenas noches.