Es duro hablar sabiendo que nadie te escucha.
Es jodido escribir cuando nadie te lee.
Es una putada luchar por salvar un mundo que no quiere ser salvado.
Hay momentos en la lucha para el valor, otros para el temor y otros para la evaluacion y meditacion.
Meditando y evaluando la personal lucha que, junto a muchos de vosotros he decidido librar contra la estupidez humana y la indiferencia social, me doy cuenta que no vale la pena. El mundo, tal y como lo conocemos no tiene ningun interes en canviar, no tiene ganas de mejorar, no quiere salvarse.
El hombre contamina, destruye, manipula y mata en nombre del progreso y con el poder del dinero haciendo de mecenas. Ningun gobierno del mundo esta dispuesto a ceder ni un milimetro de poder, ni un centimo de sus arcas para hacer un movimiento real hacia la posible salvacion de la especie; ninguna multinacional esta dispuesta a recortar un apice sus beneficios economicos para que sus empleados tengan un trato digno.
Nos piden que no gastemos agua, que compremos coches ecologicos y que colaboremos con el tercer mundo mientras ellos, los que realmente tienen el poder de cambiar algo, no hacen nada.
Estados unidos no cumple el tratado de Kioto, la multinacional Nike explota a niños en el tercer mundo para reducir costes y ampliar beneficios y los campos de golf se multiplican por la seca geografia mundial. Guerras subvencionadas que destruyen vidas y paisajes e imperios financieros que compran silencios y contaminan aguas. La selva Amazonica esta con una alopecia que asusta, pero eso no impide que la deforestacion comercial avance a ritmo imparable y cada vez es mas dificil ver un arrecife de coral rojo, un rinoceronte en libertad o un orangutan en Ruanda. Pero nosotros no debemos lavar el coche para no gastar agua, necesitamos tres cubos de basura para reciclar y si podemos, apadrinamos a un niño famelico.
Ni mucho menos quiero decir que no es necesario un compromiso colectivo donde cada granito cuenta, pero es absurdo intentar cambiar -salvar- el mundo con pequeños gestos mientras los grandes patean el estomago del ecosistema.
Si realmente queremos salvar el planeta (cosa que dudo) es imprescindible empezar a pensar a lo grande. Consigamos que los grandes y poderosos se impliquen en la causa y que lo hagan rapido o no habra mañana para los hijos del hoy.
El lema "piensa globalmente, actua localmente" adquiere asi un matiz de lucha implacable que, si realmente se aplica, puede hacer renacer a la -estupida- especie humana y salvarla de la autodestruccion actual.
Espero, queridos amantes de la vida y fieles seguidores de la madre Tierra, que no sea demasiado tarde para darle un ultimo aliento de vida a "nuestro" unico y raramente apreciado planeta.
Es jodido escribir cuando nadie te lee.
Es una putada luchar por salvar un mundo que no quiere ser salvado.
Hay momentos en la lucha para el valor, otros para el temor y otros para la evaluacion y meditacion.
Meditando y evaluando la personal lucha que, junto a muchos de vosotros he decidido librar contra la estupidez humana y la indiferencia social, me doy cuenta que no vale la pena. El mundo, tal y como lo conocemos no tiene ningun interes en canviar, no tiene ganas de mejorar, no quiere salvarse.

Nos piden que no gastemos agua, que compremos coches ecologicos y que colaboremos con el tercer mundo mientras ellos, los que realmente tienen el poder de cambiar algo, no hacen nada.
Estados unidos no cumple el tratado de Kioto, la multinacional Nike explota a niños en el tercer mundo para reducir costes y ampliar beneficios y los campos de golf se multiplican por la seca geografia mundial. Guerras subvencionadas que destruyen vidas y paisajes e imperios financieros que compran silencios y contaminan aguas. La selva Amazonica esta con una alopecia que asusta, pero eso no impide que la deforestacion comercial avance a ritmo imparable y cada vez es mas dificil ver un arrecife de coral rojo, un rinoceronte en libertad o un orangutan en Ruanda. Pero nosotros no debemos lavar el coche para no gastar agua, necesitamos tres cubos de basura para reciclar y si podemos, apadrinamos a un niño famelico.
Ni mucho menos quiero decir que no es necesario un compromiso colectivo donde cada granito cuenta, pero es absurdo intentar cambiar -salvar- el mundo con pequeños gestos mientras los grandes patean el estomago del ecosistema.

Si realmente queremos salvar el planeta (cosa que dudo) es imprescindible empezar a pensar a lo grande. Consigamos que los grandes y poderosos se impliquen en la causa y que lo hagan rapido o no habra mañana para los hijos del hoy.
El lema "piensa globalmente, actua localmente" adquiere asi un matiz de lucha implacable que, si realmente se aplica, puede hacer renacer a la -estupida- especie humana y salvarla de la autodestruccion actual.
Espero, queridos amantes de la vida y fieles seguidores de la madre Tierra, que no sea demasiado tarde para darle un ultimo aliento de vida a "nuestro" unico y raramente apreciado planeta.