sábado, 11 de agosto de 2007

como ave fenix...


No existe el persente, no existe el futuro. No hay ningun hoy ni ningun mañana... no hay un despues.
A cada nueva experiencia que vivimos, a cada momento que pasamos, a cada experiencia que sufrimos, le sigue un renacer; nuestro renacer. Dejamos atras todo lo que fuimos, lo que creimos, por lo que luchamos para plantar cara a nuestra nueva realidad, nuestra nueva identidad.
Cambiamos constantemente, si cada accion provoca una reaccion, cada acto de nuestra carrera provoca un cambio en nuestro fuero. A veces no somos concientes de tal cambio, a veces ni siquiera nos imaginamos ese cambio, pero otras, por contra, lo provocamos, lo buscamos y jugueteamos con el...nos vemos como en un anuncio "el antes y el despues".
Los cambios son necesarios, nos guste o no, y no hay ninguna mala experiencia que no nos aporte algo de luz ni ningun placentero acto que no comporte cierto atisbo de malestar, pero ahi es donde reside la majestuosidad del cambio, en esas pequeñas mellas en el engranaje de nuestra personalidad.
Saber quien es cada uno es extremadamente satisfactorio, pero no tener ni puta idea de donde podemos llegar es sublime, bruto a la vez que puro, es el extasis del desconocimiento, el sumum de la ignorancia.
Dicen por ahi que en la vida nadie es experto en nada puesto que la vida es demasiado corta para llegar a serlo... a tomar por el culo. Somos expertos en dolor, somos catedraticos del placer, doctorados en sufrimiento y tenemos tres masters en superacion personal. A cada puñalada le sigue un beso y a cada abrazo, una patada, pero ahi reside la gracia de vivir, en que nunca podremos saber que hay en la puerta #3.
Juguemos pues a la ruleta de la vida y si nos toca "bancarrota" no nos hechemos a llorar, a la proxima quizas nos bese la azafata...

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